Por: Enrique Taboada
La lluvia es el mejor antídoto contra la melancolía, es el mejor terapeuta que he conocido, en ella uno suele soltarlo todo, las lágrimas, los viejos amores, las cosas que hacen daño, las cosas inconclusa, algunas cosas salen a flote y otras se inundan más, y no sabremos si nosotros escuchamos a la lluvia o es la lluvia es la que nos escucha pero cuando uno deja de llover las cosas suelen verse con más claridad de lo esperado.
La lluvia cuando se le pone atención nos cuenta secretos, los golpeteos en la pared nos arrulla, escuchamos la brisa o el chipi, descubrimos su ritmo si es fuerte o si solo cae por un minuto, las nubes sólo se dejan ser, lo cierto es que el sonido de esta, es de esas cosas que extrañas en invierno, ¿Quién no ha dormido arrullándose con la lluvia?
En el campo cuando la lluvia llega y acaricia las tierras de labor se desprende un olor particular que llamamos “Tierra Mojada” este aroma entre tierroso y húmedo penetra al alma, lo llena a uno de contantes recuerdos, uno se tiene que retirar a la casa porque si no lo agarra el agua, y así espera uno el inició de otra lluvia para volver a sentirlo.
Caminar bajo la lluvia es un ejercicio que hemos olvidado desde pequeños, nada como darse una buena empapada darle agua al cuerpo, nada como un beso bajo la lluvia o como esperar desnudo a que la ropa se seque mientras se está en la ventana hipnotizado uno también se empapa del sonido.
La lluvia marcha ¿A dónde marcha? Nunca lo sabremos, la lluvia remarcha y da marcha a la ciudad, los pueblos, los desierto la anhelan ya que siempre se anhela lo que no se tiene, la lluvia da vida, mucha vida, la misma vida nació de ese caldo primario quizás por eso nos guste la lluvia, al principio siempre fuimos agua.
Entonces uno solo le queda esperar en casa, o salir y mojarse, o simplemente prepararse una bebida caliente, encontrarse a si mismo, entonces la lluvia puede ser algo más que un fenómeno meteorológico predecible, quizás sea más que H2O, algo más que charcos, trombas he inundaciones, quizás es un texto que tu lees mientras la lluvia cae, o quizás simplemente sean letras sueltas formando un no sé qué.
Tlacuache Press 