El análisis historiográfico de Foucault en la medicina clínica

Por: Melchisedech Angulo Torres

Es a partir del estudio de lo anormal que se define lo que es normal; de ahí la distinción entre lo normal y lo patológico. Las ciencias humanas parten de lo desviado, de lo que sale de serie. Foucault aplica el mismo modelo para su historia de la locura en la época clásica tanto para un texto posterior, se trata de su nacimiento de la clínica. Las ciencias refuerzan el orden social, en tanto que son instrumentos de verdad y de poder.

En el nacimiento de la clínica Foucault es más objetivo, porque se presupone que la medicina está más próxima a los estándares de la ciencia que la psiquiatría, la cual desde aquel entonces funciona como un mecanismo de control. Muestra cómo hay una transformación del concepto de medicina desde el Renacimiento a la época clásica y posteriormente a la era moderna. Con los hospitales, surge también el discurso médico.

La base de la medicina moderna es la diferencia entre autopsia- necropsia; un pensamiento de profundidad. En el siglo XIX la medicina se ofrece como la primer ciencia que se ocupa del individuo; para que pueda haber ciencia, tiene que haber recursividad (Aristóteles). La medicina moderna surge del entrelazamiento de la pedagogía con la terapéutica.

Pasa de ser algo superficial, para convertirse en un pensamiento de profundidad, pues la base de la medicina moderna es ese “entrar» dentro del cuerpo. Esta ciencia del individuo se articula a través del concepto de muerte, esto es que el ser humano se ve a sí mismo como objeto científico a través de su propia destrucción. La enfermedad ya no se concibe como algo específico sino como algo universal.

La concepción clásica era que tan solo puede haber ciencia de lo universal, porque en la historia no se repiten los fenómenos, es decir, que no es posible, por ejemplo predecir sobre alguna revolución en la posteridad, basándose en una revolución anterior. Lo que permite que haya física es el movimiento de los cuerpos que se encuentra en función de la fuerza de gravedad.

Así, movimientos sociales, en contextos socio- políticos distintos van a dar resultados diferentes. En la historia no hay regularidad, por lo tanto el debate es si puede o no haber ciencia. El ser humano no puede ser objeto de ciencia porque tiene libertad, posee el capricho para salirse por lo establecido en las leyes de la ciencia. Una ley que en el caso de las humanidades tiene un componente moral y jurídico.

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