Por: Aldo Fabián Hernández Solís
No te olvido
Fue mi culpa, y me dejó.
Con palabras por decir,
sin un te quiero como adiós.
Jodido.
Con mi orgullo inservible.
Los sueños, con su adiós también,
me dejaron.
Le rogué que se quedara, que perdonara.
Ella se dio media vuelta y soltó el hechizo…
“Podrás olvidarte de mí amor, pero de este culo nunca…”
Con el estruendo de la puerta al cerrarse,
mí corazón estalló.
Aquí estoy después de años, bebiendo.
Viejo y jodido,
Reconociendo que siempre tuvo la razón,
dolorosamente no te olvido, no lo olvido…
Tlacuache Press 